martes, 31 de marzo de 2015

6º- Sexta Etapa


Hoy me he levantado feliz. Con un poco de frío pero feliz.
El sitio que he escogido para dormir a sido todo un acierto. Pertenece a un hombre, Luis que tiene el bar de un pueblo de no más de 20 habitantes pero que sabe que entre Laza y su pueblo hay una subida tan bestia que agradeces no seguir caminando. 
El hombre ha comprado una casa de pueblo en frente de su bar, la ha rehabilitado y la ha llenado de comida y bebida para los peregrinos. Cervezas de todo tipo, vino, zumos,pasta, atún, etc.

Me cené ayer unos macarrones, y como se me fue la mano, pues los he desayunado también. Con un nespresso y un zumito de naranja. Todo gratis. La voluntad...

Hoy no puedo decir que el día haya salido bueno. Bonito... Depende. Cojo la bici, me preparo y empiezo el primer camino. Joder todo encharcado, inundado, pero hay un caminito de piedras que parece estar hecho justo para que no te mojes, así que no caigo en la tentación de volverme a la carretera y tiro por ahí. Andando y en bici. En cuanto empieza la subida se acaba el agua, me monto y corono lo que me quedaba de montaña, vaya estampa, las 10 de la mañana, una niebla densísima y mucho monte.




El suelo estaba muy mojado, y a partir de aquí, a bajar lo subido, cómo me he puesto!!! Barro hasta en las orejas.
Habia que bajar con cuidado por que el suelo estaba mojadísimo y con piedras, pero ha sido otra media horita bajando, si  no más, con la emoción se pasa el tiempo rapidísimo. Cruzabas la carretera, y a seguir bajando, atravesando pueblecitos de montaña, de los de 20 habitantes y bajando otra vez. Si hay algo que tiene Galicia desde luego es monte, con unos caminos preciosos. 
Me he encontrado con un viejecito del lugar que estaba sacando a las 10 ovejas que tenía en el corral anexo a su casa, y como no aparezco nunca en las fotos me he puesto a hablar con él, su mujer nunca había visto un movil, pero después de 8 intentos hemos conseguido una foto en la que no salía su dedo.



Lo del encuadre era mucho pedir.

Más pueblecitos, todavía se ve que son auténticos, lejos de la ciudad.




Atravieso una laaaaarga llanura y más monte. Otra vez embarrado, pero me propongo no pisar suelo en las pequeñas subidas de 20 metros que vienen cada dos por tres. Los muslos para explotar, de pie en la bici, una marcha dura, y forzando cada pedalada para pasar las rocas que han ido colocando en el camino, más que una ayuda son un coñazo. Dios! Tengo que gritar de esfuerzo mientras subo para llegar al final. Muchas las he subido, en otras me he tenido que bajar. Pero me he vuelto a ver toro.

Más kilómetros y kilómetros por el monte. Unos 30, de pueblos pequeños, caminos embarrados y paisajes con niebla.





Ya por lógica tengo que estar llegando a Ourense, veo el humo de una fábrica a lo lejos. Desde que se empieza a notar la civilización hasta Ourense hay todavía unos 20 kilómetros, pero son todos ya por carretera. Más aburridos. No me gustaba mucho, además con la niebla lo mismo te comías un camión de las molestas obras del AVE. Yo mis lucecitas las llevaba encendidas... Por si hacían algo...

Un pueblecito chulo. Con gente para que me hicieran fotos...




Ya empezaba a hacer calor. La niebla seguía en las montañas, pero en Ourense estaba pegando bien, me he tenido que quitar el chubasquero embarrado y seguir en manga corta. 

Ourense... Bueno, para empezar entras por la zona industrial, que no es Ourense, que es de otro pueblo. Te meten una subida de la leche, te desvian para ver una iglesia, y ya por fin te vuelven a mandar para abajo, para Ourense de verdad.

Me estaba planteando quedarme en Ourense a pasar el día. No sé, el albergue era un seminario de curas y cerraba las luertas a las 22:00, ya estaban con normas...

El siguiente pueblo era Cea, a unos veintipico kilómetros todo de subida.

Con la duda he ido a tomarme un menú del día a un sitio que me ha recomendado un viandante. De primero chipirones fritos, algo escasos. Pero de segundo, cocido gallego, servido como en plato de bandeja, que eso daba pa 4 personas!!!
Me he pueto a comer y notaba como el estomago cogía tensión y mo me dejaba tragar más, dos cestas de pan, sorbete de limón y cafe. 
No sé si me he sentido obeso o es que había cogido más fuerzas que en toda mi vida. Le he metido prisa con la cuenta y me he pirado a Cea.




La primera subida, hasta Cea es todo subida, era de penitencia, han sido unos 3 kilómetros que me patinaban los pies al andar, en bici imposible, estaba flipando, otra vez pensando; si es que eres tonto, las 4 de la tarde, con todo el solaco, 2 kilos de comida en el pecho y aquí haciendo deporte. Al final he subido, rogando por agua! Más subidas y más subidas y otro tramo bonito.


Muy cortito. Con los ya conocidos repechos, pero ahora en hora de siesta y el cocido en la garganta... Y veía rodadas de otras bicis! De verdad que no entiendo como habrán pasado por estos sitios montados. Ya me queda lo facil. Esto ya es llanear. 

Aquí se empieza a notar que hay muchos  peregrinos, la noche anterior salieron 20 de Ourense, hoy otros tantos, y por los caminos te anuncian continuamente albergues, taxis y menús de comida.

Ya veo casas a lo lejos, otros 70 kilómetros que le resto a Santiago, estoy como a 90, no llegaré mañana por no abusar, pero pasado igual desayuno en el Obradoiro.






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